miércoles, 13 de julio de 2011

Comentarios acerca del pedigree y del comercio

Tengo mucho tiempo queriendo escribir un poco acerca de dos temas delicados, y hoy me he decidido a hacerlo por un amable comentario que recibí en el post anterior.

Deseo profundamente que mis palabras no ofendan a nadie, pero debo decir algunas cosas importantes, y duras, sobre ese par de temas.

El primero es el pedigree. Pedigree no es otra cosa que un árbol genealógico que nos dice de quiénes desciende nuestro perro. Normalmente se confunde con registro, aunque no es lo mismo. En todo caso, no es más que un documento de buena fe, que sólo vale lo que vale la palabra de los criadores involucrados. Sin embargo, es el único recurso que tenemos para saber que nuestro perro viene, generación tras generación, de ascendientes de una misma raza.

Lo traigo a colación por la cantidad de personas que me he encontrado por la vida, que quieren una mascota para su hogar, de tal raza, que sea un excelente compañero, pero sin incurrir en el gasto de "un perro con pedigree". Acerca del gasto, ya hablaremos luego. Pero lamentablemente, quienes buscan un compañero de raza pura sin pedigree cometen un grave error.

¿Por qué? ¿Qué tiene de malo el perro sin pedigree? Si es un mestizo honesto, mejor conocido como callejero-criollo, nada. De hecho, el mejor perro de mi vida hasta que llegó Fiona fue un callejero. Recomiendo incondicionalmente al callejero como mascota.

Pero el perro de raza sin pedigree es un caso aparte. Ante todo, surge la pregunta obligatoria: si es de raza ¿por qué no tiene pedigree? El costo de registrar un cachorro ante la Federación Canina de cualquier parte del mundo es prácticamente nominal, así que debemos asumir que, salvo rarísimas excepciones, si una camada no fue registrada es porque no pudo ser registrada. Específicamente en Venezuela, vamos a encontrar dos motivos: a) los cachorros no se registraron porque la madre volvió a parir antes de cumplir un año de su última camada (abuso del criador); o b) los cachorros no se registraron porque existió, en algún momento, mezcla con otra raza.

Aquí es cuando veo los ojos de incredulidad de mis ciberlectores. "Noooo! Pero si se ve clarito que es un Pastor Alemán, o Dobermann o Rottweiler o SBT- etc!!!" Les tengo pésimas noticias. La realidad es que muchas razas "aguantan" mezclas considerables sin que su aspecto exterior lo acuse. Las cuatro que mencioné en particular se distinguen, junto con muchas otras, por su capacidad de disimular muy bien el contrabando genético.

Lo cual es, para el amante de una raza en particular, una tragedia. Porque así como con la raza pura se busca fijar una serie de rasgos físicos, que son los que configuran el aspecto exterior de la raza, de forma mucho más importante, durante siglos los criadores hemos venido seleccionando nuestros reproductores para fijar los rasgos psicológicos que conforman el temperamento de la raza, que es, para efectos de la convivencia, mucho más importante que su apariencia exterior. Específicamente en el Stafford, necesitamos que se comporte como un Stafford y sea, como pide el estándar, 100% confiable.

Para resumir: Salvo raras excepciones, el perro sin pedigree no es de raza pura, aunque lo parezca. Y al no serlo, no podemos tener una mínima expectativa de que su temperamento será el que se espera de la raza. Y para una mascota, el temperamento lo es todo.

Excepciones notables a esta regla son países como Colombia, en los cuales se exige un determinado curriculum de exposiciones a los padres para poder registrar una camada.

En este punto, les dejo una sonrisa para que no se molesten conmigo. Lo que dije arriba no es un esnobismo ni ganas de discriminar. Es la dura verdad.




Ahora, el segundo punto delicado: el precio.

Recibo decenas de email todos los meses preguntando por el precio de mis cachorros. No respondo casi ninguno. Muchachos y muchachas, lo siento mucho. No he querido ser maleducado al no responder. Pero no soy un criador comercial. Sólo crío una camada cuando quiero quedarme con un cachorro, y eso sucede, en la actualidad, si acaso cada dos años. Mis perros no viven en perreras, sino en mi casa. No tengo muchos. No hago montas con el perro de moda, o el que esté ganando en las expos, sino que selecciono cuidadosamente lo que a mí me parece mejor para el bien de la raza. No me interesa que haya muchos SBTs, y de hecho me preocupa que de repente haya tantos en Venezuela.

Y además, como es natural, le pongo mucha carga emocional a la cría- más después de ciertas malas experiencias que he tenido. Cuando tengo cachorros, quiero buenos padres para ellos; pues es gente con la cual de algún modo me une un vínculo y una responsabilidad mientras dure la vida del perro, y seguramente más. Quiero que los lleven a la playa y a la montaña como a Coco; o que tengan una niña feliz a quien querer y unos padres super dedicados, como Bibi; o unos abuelos demasiado consentidores, como Liz... para citar sólo tres ejemplos. Preguntarme de entrada por el precio de mis cachorros es como preguntarme por el precio de mis hijos.

Por eso si tú, amigo o amiga ciberlector, quieres comprar un Stafford, hay varios criadores dispuestos a venderte un excelente cachorro. Te invito a que busque opciones, y selecciones lo que más te gusta. Si lo quieres, cuentas conmigo para cualquier información, consejo, etc.

Por otro lado, si lo pensaste mucho y estás convencido de que lo que quieres un Cavecanem, ármate de paciencia y vamos a hacernos amigos!

2 comentarios:

Yoda de la Bara dijo...

Excelente Santiago. Te felicito

Anónimo dijo...

Amigo santiago yo comparto tu modo de pensar y te cuento que tengo un cachorro hijo de una perrita de tu criadero llamada Dum Dum de cavecanem y de Dugar de Baladrar The Rapist